lunes, 3 de febrero de 2020

Desgarro Cervical Postparto

Desgarro Cervical



Las laceraciones del cuello uterino son frecuentes.

Su importancia es variable (desde pequeñas heridas de la  mucosa hasta desgarros profundos que atraviesan el cuello,  la bóveda vaginal y el parametrio).


Clasificación de las Laceraciones  del  cuello uterino

Espontáneas: que acompañan en muchos casos al  parto, pequeñas -hasta de 1.5 cm-,  poco sangrantes.

Provocadas: originadas  generalmente  por las maniobras sobre el cuello (miden más de 2 cm) y son  muy  sangrantes.

Los  desgarros cervicales suelen descubrirse después  del parto  por la  Hemorragia -generalmente ligera-, salvo si  ha ocurrido la rotura de alguna rama importante de la  arteria uterina.

Se  denomina traqueleorrafia a la sutura de un desgarro  o incisión  quirúrgica del cuello uterino y debe  realizarse siempre  que  se identifiquen comisuras pues  debemos suturar éstas para lograr un cuello que cicatrice normalmente y quede como el de una nulípara (con su orificio externo circular).

Factores causales de su aparición.

1.  Intervenciones para la extracción fetal:  fórceps, espátulas, versiones y extracciones manuales
2.  Contracciones uterinas enérgicas que actúan sobre cuellos insuficientemente dilatados.
3.  Dilataciones artificiales. Diagnóstico Si  con el útero bien retraído se observa hemorragia,  debe pensarse en un desgarro del cuello.




Para hacer el diagnóstico del desgarro del cuello uterino es necesario realizar un examen visual.

La revisión sistemática  del cuello uterino posparto forma parte de la  metodología  de  la asistencia de todo parto.

Se ejecuta  con  dos pinzas  de anillos, colocando una en el labio anterior y  la otra en el labio posterior, se les atrae hacia la vulva y se les  lleva  a  la izquierda para ver  el  ángulo  derecho  y después  a  la  inversa.

El desgarro adopta la  forma  de  “V” invertida  y  se sitúa casi siempre a uno de los  lados  del cuello; el vértice se prolonga hacia arriba a mayor o  menor altura. También puede tomar una dirección oblícua.



Profilaxis

La mayor parte de las veces en que ocurre un  desgarro del cuello uterino puede encontrarse en los antecedentes  una dilatación forzada del mismo o una  instrumentación con dilatación incompleta y/o descenso inadecuado de la presentación.

La mejor profilaxis es no realizar estas maniobras que, como  sabemos,  están completamente  erradicadas  de  la  Obstetricia  actual.


Conducta
El  tratamiento  de todo desgarro de cérvix,  una  vez diagnosticado, es su sutura, aunque no exista sangramiento. El operador debe asegurarse siempre que el desgarro no ha llegado al segmento inferior del útero. La sutura debe realizarse con catgut fino, cromado, a puntos  separados,  comenzando  por encima del vértice  del  desgarro.  La distancia entre punto y punto no debe ser mayor de 1 cm.  La técnica  de la traqueleorrafia debe ser facilitada  con  el empleo de valvas vaginales sostenidas por un ayudante. Si el o los desgarros se extendieran a los fondos de saco  laterales, debe tenerse especial cuidado para no incluir el uréter al  realizar las suturas, ya que se encuentra a 1 o 2 cm  de distancia  del cuello  y del fondo de saco  lateral  de  la vagina.  Cuando el vértice de la lesión no  está  claramente visible,  se coloca un punto tan alto como se  pueda  para traccionar  de él y después colocar el resto de  los  puntos hasta incluir el ángulo superior de la laceración.




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